A inicios del gobierno de Pérez tuvo lugar la aventura de Orélie Antoine de Tounens "Rey de la Araucania". En diciembre de 1861 éste se hizo nombrar por un gran grupo de caciques de Arauco, "Rey de la Araucanía y de la Patagonia", adoptando el nombre de Orelie Antoine I. Al iniciarse 1862, fue tomado preso por las autoridades chilenas y remitido a Los Ángeles, siendo luego declarado loco; sin embargo el encargado de negocios de Francia lo envió de vuelta a su país.
Durante su defensa ante los tribunales chilenos, el pretendiente dio poderosos argumentos legales para probar que la Araucania no era posesión chilena. Tanto impresionó su alegato, que Pérez decidió dar curso a la “Pacificación de la Araucania”, la cual se basaría en el plan presentado por Cornelio Saavedra Rodríguez al presidente Manuel Montt. Sus puntos eran: Trasladar la línea de frontera hasta el río Malleco, para proteger con la línea de fuertes a los colonos. Un plan de venta de los terrenos estatales entre el Biobío y el Malleco, con el fin de elevar la densidad de población no indígena en la zona. Discriminación en la ocupación de los suelos, con el fin de colonizar los de mejor calidad y de fácil defensa. Este plan fue aprobado por Montt, pero fue interrumpido al llegar la fusión al gobierno por la supuesta incondicionalidad de Saavedra a Montt, más los acontecimientos del rey de la araucania obligaron a confiar en el plan de pacificación. Mas, a pesar de los buenos frutos que dio, fue interrumpido en numerosas ocasiones por motivos políticos. El quiebre que tendrían Saavedra y Errázuriz Zañartu al final del decenio, postergaría la ocupación de la araucania hasta los gobiernos de Aníbal Pinto Garmendia y Domingo Santa María
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